jueves, 10 de mayo de 2007

Establecer normas:

1. Pocas (Los juguetes deben estar ordenados…). Nos centramos, de momento en los juguetes, no en los juguetes, en la ropa y en la habitación al mismo tiempo.
2. Claras (…en el baúl de los juguetes.). No vale con exigir orden en general, que es un concepto muy amplio. Además puede ser que nuestra idea de orden no coincida con su idea de orden.
3. Dictadas por el afecto (…porque tú eres ya muy mayor y nosotros sabemos que eres capaz de hacerlo.). Las expectativas de éxito que depositemos sobre el niño/a son muy importantes.
4. Formuladas en positivo (Los juguetes deben estar ordenados…). El enunciado es positivo, en lugar de negativo: “Los juguetes no deben estar desordenados”.
5. Exigidas con coherencia (Los juguetes que estén fuera de su sitio al terminar el día, mamá y papá los guardaran durante una semana. Al cabo de ese tiempo se te devolverán para que los guardes en su sitio. Si aún siguen fuera de su sitio por segunda vez, desaparecerán durante dos semanas. Al cabo de ese tiempo se te devolverán para que los guardes en su sitio. Si aún así están fuera de su sitio por tercera vez, juntos iremos a un lugar donde podamos donarlos para otros niños/as…). Siempre que sea posible, la consecuencia negativa a la acción del niño/a ha de ir en relación con la misma. No tiene relación que por no ordenar los juguetes, esté un día sin ver la televisión.
6. Razonadas y razonables (…porque eso supondrá que no quieres ese juguete. Cuando uno quiere una cosa, la cuida y está pendiente de ella. Has tenido tres oportunidades para hacerlo. Y vamos a donar el juguete porque las cosas cuestan dinero y no se deben tirar a la basura si aún son utilizables. Otros niños/as estarán deseando jugar con este juguete.). En este momento se acabó la negociación y las oportunidades. Si se es constante en esta forma de actuar, pocas veces habrá que buscar un lugar donde ir a donar los juguetes.

“Chuleta” para corregir.

1. Descríbele la conducta. (Has cruzado la calle sin mirar y sin agarrarte de mi mano)
2. Dile cómo te has sentido. (Me he asustado porque te puede pillar un coche y me he enfadado porque no me has obedecido)
3. Expresa en voz alta los posibles sentimientos, motivos… del niño/a. (Yo sé que tú no te das cuenta de que hay que mirar antes de cruzar y de que vas pensando en tus cosas)
4. Dale razones para el cambio. (Hay que cruzar las calles de la mano de un adulto o mirando cuidadosamente porque puede venir un coche, atropellarnos y hacernos mucho daño o incluso quitarnos la vida)
5. Formula claramente qué esperas. (Espero que el próximo día que vayamos a cruzar una calle, esperes a que esté a tu lado para que la crucemos juntos y de la mano)

INTRODUCCIÓN

Hoy, se pasa poco tiempo con los hijos/as y el que se pasa es un tiempo en el que se les permite demasiado. Ellos, como los adultos, necesitan de unos límites claros, donde saben que pueden moverse. Hay que ayudarles a ver lo que se puede y lo que no se puede hacer y las consecuencias de sus propias conductas. Esto proporciona seguridad y favorece el establecimiento de una autoestima positiva. Consentirles demasiado o castigarles demasiado, no son soluciones educativas. Lo ideal es establecer normas, donde el niño/a sepa qué pasa si las cumple y qué si se las salta; donde el niño/a asuma la responsabilidad que le corresponde.
De todo esto, los padres saben por experiencias, sobre todo, si tienen niños/as pequeños. Desde aquí queremos crear un espacio para aprender, para compartir y para mejorar nuestro día a día de padres y educadores.